Princesas de calcomanía

Laura Verónica Villalobos Coto



Al observar los automóviles a mi alrededor, mínimo dos veces por día, me doy cuenta de que hay todo tipo de sujetos que se autodenominan con las calcomanías que pegan a su automóvil: cada uno de ellos quiere sobresalir de entre los demás, quiere que su auto nos comunique quién va adentro. Así circulan por toda Guadalajara princesas en el coche de su papi, chicos rudos en camionetas monstruosas, ¿deportistas?, ex revolucionarios que pegan en su automóvil de lujo la imagen del Che Guevara, banderas de todos los países —pero principalmente europeos—, etcétera.
Pegotes con el afán de diferenciarnos de los demás, cuando la naturaleza, con su innegable sabiduría, nos señala lo contrario: en la unidad está el poder y el bienestar común.
Las tendencias y las fórmulas de éxito que las sociedades actuales dictan nos llevan a distinguirnos de los demás, a ser personas de éxito y, sobre todo, a avasallar a los demás con la opulencia de nuestro éxito material.
Sin embargo, afortunadamente, los científicos no dejan de escudriñar la naturaleza, y de ahí se desprende un concepto: inteligencia de enjambre.1
Los estudiosos dicen que animales como las hormigas, las abejas o los peces aplican esta inteligencia que los hace ser más fuertes para afrontar a sus depredadores, pero hacen hincapié en que un individuo de estos mismos grupos, por sí solo, no tendría las mismas habilidades.
Un grupo de animales puede cambiar su rumbo intempestivamente ante una amenaza y salir airoso del peligro. ¿Debido a qué? A que ninguno está al mando. (¡Vaya! ¿Y dónde quedó el concepto de líder que me enseñaron?).
Pero ¿cómo se organizan? Pues con base en reglas simples: mantenerse juntos, evitar chocar entre ellos y nadar, correr, caminar o huir en la misma dirección. No tiene que ver con la toma de decisiones, sino con el movimiento preciso coordinado.
¿Qué tiene que ver esto con nosotros, los humanos? Si se nos ha enseñado a no seguir a la multitud, si nosotros no estamos día a día expuestos a depredadores... ¡Ajá! Actualmente los científicos están trabajando en la aplicación de esta inteligencia en robots, tiempos y movimientos en empresas, en la internet, pero lo que me pareció mas importante es la siguiente referencia: “Las muchedumbres tienden a ser sabias sólo si los individuos actúan de manera responsable”.
No seremos inteligentes si seguimos modas, tendencias, esperamos a que alguien nos diga qué hacer, si sabemos que debemos separar la basura que generamos en nuestra casa y no lo hacemos porque los demás no lo hacen, porque nuestros gobiernos no atienden este asunto del reciclaje, porque alguien más lo hará, etcétera. Formamos parte de un grupo, un gran grupo, y debemos comportarnos de manera inteligente, confiando en que cada uno de los demás también hará lo que le corresponde, o si no quizá nuestro ejemplo llegue a impactar a alguien más.
Cuando, en una colmena, una abeja tiene frío, temblará para generar calor y todas las demás comenzarán a hacer lo mismo, y así, entre todas, protegen a las larvas de la próxima generación.
Me entristece profundamente que ahora que estamos criando a las futuras generaciones, no tengamos la menor idea de la responsabilidad que es enseñarlas a cuidar el planeta, a ser responsables en cada uno de los actos, desechos y actitudes que tenemos. Si somos las abejas que tenemos frío, no estamos actuando en conjunto para proteger a las futuras generaciones, y mucho menos les estamos enseñando cuáles son las actitudes correctas de supervivencia.

1.- Ver National Geographic en Español, julio de 2007.

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1 comentarios

  1. Alejandro Vargas // 12:16 p.m.  

    Vaya, me gustó la forma en la que tratas el asunto de las calcomanías y como nos peleamos por destacar entre los demás.
    También los gansos cuando migran se van en grupo para que sea menos difícil volar y darse apoyo entre ellos.